¿HUMEDADES?

Pintar y tratar humedades de condensación

Lo que debemos saber de las humedades de condensación y la forma de abordar su pintura

Las humedades de condensación, una vez que han degradado la pintura, crean un ambiente propicio para la proliferación de hongos y moho. Pero es importante, en primer lugar, asegurarse de que la humedad tiene su origen en la condensación.

Los baños, por ejemplo, tienen en ocasiones filtraciones que provocan manchas de humedad, especialmente, en los techos. La diferencia suele ser clara, pues observamos manchas concéntricas similares a anillos de un árbol o, en el caso de que esté pintado con pintura plástica, la propia pintura formando una ampolla llena de agua que acaba por reventar.
En el caso de las humedades de condensación, éstas crecen de forma más desordenada en los lugares en los que es más fácil que se retenga el exceso de vapor del ambiente: cercos de ventanas mal aisladas, paredes exteriores y rincones en los que confluye la humedad de varios paramentos.

Cuando no existe una humedad ambiental alta y hay condensaciones, nos encontramos ante un problema de mal aislamiento térmico. Ése es el caso más normal en humedades en el contorno de las ventanas. Cuando es un ambiente húmedo generalizado, habrá que pensar en cómo mejorar la ventilación, ya sea teniendo más tiempo la ventana abierta, incorporando un extractor, o, en los casos más recalcitrantes por razones climáticas, deshumidificando con una máquina.
A la hora de afrontar el pintado, debemos tener en cuenta algunas características de las pinturas. Por ejemplo, es importante que las pinturas que apliquemos sean transpirables para que materiales como la escayola ayuden a estabilizar el grado de humedad del aire. Los materiales porosos absorben parte del agua cuando sobra en la atmósfera y la ceden cuando el ambiente se seca.

Cuando hay que repintar zonas ennegrecidas por el moho, lo primero es limpiarlas bien. Se puede usar agua con lejía para quitar el color y, si se quiere hacer una desinfección real, se puede aplicar un líquido fungicida. Otra característica esencial de la pintura que elijamos es que tiene que ser muy cubriente porque, si no, seguiremos viendo la mancha antigua. Existen pinturas especiales para ambientes húmedos, con un alto contenido de resinas que, además de proporcionar ese poder de cubrición que hemos mencionado, son inalterables a los efectos atmosféricos de la humedad o de los cambios de temperatura. Son además pinturas transpirables y, generalmente, respetuosas con el medio ambiente.